En riesgo alimentario 200 familias de La Magueyera, Intipucá

Después de más de 30 días de confinamiento obligatorio por la pandemia de COVID 19 que aún sigue aumentando la curva estadística  de contagios a nivel nacional, las familias más pobres del país en la zonas urbano marginales y rurales recienten la falta de trabajo y alimentos encaminandonos paulatinamente a un riesgo mayor de la seguridad alimentaria de la población.

En las últimas horas visitamos el hogar de la familia Salgado Sánchez en la colonia La Magueyera, cantón La Leona en la jurisdicción de Intipucá en el departamento de la Unión tras recibir un mensaje pidiendo orientación de cómo reclamar los 300 dólares ofrecidos por el gobierno del presidente Nayib Bukele del cual no fueron beneficiarios.

Radio Litoral corroboró las penurias difíciles por las que a traviesa esta familia y 200 más que residen en esta zona rural de Intipucá. La familia integrada por Erick William Merino Salgado 30 años, Mariela Yamilet Sánchez Kazun 27 años tienen seis niños quienes viven bajo una improvisada champa piso de tierra con techo de lámina, plásticos de paredes, sin los servicios de agua ni energía eléctrica que ahora batallan por sus subsistencia que pone en peligro sus salud.

“Papá me dicen los cipotes que acido está este queso, refiriendo a unos mangos tiernos con los que han desayunado ante la falta de comida. Cuando no hay que comer nosotros le entramos a todo, es decir hojas de jocote, limón con tortillas con eso solucionamos los tiempos de comida”, refiere William Merino, sonriente con el optimismos que el futuro será mejor cuando pase la emergencia de la pandemia y haya trabajo.

“Lo que nos ha valido es que sacamos un poquito de maicito. Saqué mis cinco quintales de maíz en la cosecha pasada y con eso  estamos pasando por el momento, pero creo que hay familias en esta colonia que están peor que nosotros y la están pasando más feo “indicó.

“La rebusca se ha complicado aún más porque toda la gente que vive en esta colonia, nos vamos a la “marañoneras” (plantación de marañones) de la hacienda cercana a recolectar semillas, y el pago por un galón es entre 5 y 6 dólares cuando antes recibíamos hasta 14 dólares, incluso teníamos la opción de venderlo a otros comerciantes que llegaban de otros lugares.

Con todo esto estamos preocupados, porque nosotros trabajamos de lo que fuere y en lo que sea, no nos acostumbramos a que nos regalen las cosas, pero sin trabajo pues nos sentimos derrotados y con dificultades de alimentar a los niños que cuando tienen hambre nos piden comida.

Hace un mes vino por aquí el alcalde de Intipucá nos trajo cereales y unas cositas más pero no volvió a parecerse por aquí. Una iglesia nos brindó ayuda y con eso nos hemos mantenido llevándola despacio para que no se nos termine lo que tenemos. Es por eso que hoy le pedimos a las instituciones y al mismo gobierno a que no nos olviden, necesitamos ayuda para poder sobrevivir a esta pandemia, dijo doña Yamilet Sánchez Kazun.

 

 

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