El sargento Romero: Guardián de la ciudad de Chirilagua

Viste regularmente de uniforme militar, botas de combate, equipado con caramañola, macana en mano y linterna. Los chirilagüenses le ven solitario regularmente en horas de la madrugada y  en ciertas ocasiones  a las 10 u 11 de la noche patrullando las distintas calles de la ciudad, no les extraña porque lo hace desde  varios años.

Le gustan que le digan el sargento Romero aunque su estancia en el servicio militar solamente fue de seis meses quedó enamorado de la vestimenta militar y de la función de seguridad , la cual dice desempeñar con mucho amor.

Aunque no es originario de este municipio siente mucho arraigo en este lugar mucho más que quienes tienen su ombligo enterrado en esta ciudad mayoritariamente habitada por población de mayor edad puesto que muchos jóvenes  se fueron y ahora residen  en los Estados Unidos principalmente en la zona metropolitana de Washington Dc.

Los pobladores de esta ciudad le dicen el sargento motate y para ellos es alguien que le gusta vestir así andar de un lado hacia otro patrullando la ciudad.

“Fijese que yo tengo quizá como unos 26 años de vestirme así, las vestimenta e implementos me los envían los compatriotas que viven en los Estados Unidos quienes me agradecen por cuidarles la ciudad».

Con el canto del gallo Antonio Romero se despierta: Son la tres de la madrugada todo Chirilagua aun duerme pero el centinela de la ciudad realiza su primer patrullaje, reina el silencio  y solo los perros ladran a lo lejos que ya han sentido su presencia.

Más de alguna vez he visto espantos a lo lejos pero no les hago caso ya estoy acostumbrado, pero si me da un poquito de miedo por las tardes aquí en el panteón donde dé vez en cuando escucho los pujidos de los muertos en medio del silencio.

Conversando con Antonio estoy sentados ambos a un lado de una tumba y le pregunto:

¿Soy yo el que siento un cierto olor a ijillo(emanación que se desprende de los cadáveres ) o qué? ….Sí quizá así se siente me dice el Sargento Romero ha de ser el de una muchacha que enterraron hace tres días y quizá la bóveda no la dejaron muy cerrada y por eso siente ese sumito…

 

Usted está acostumbrado pregunté y me responde sonriente pues fíjese que si como solo aquí paso la mayor parte del día que ya me acostumbré a ver tumbas y ruidos de vez en cuando….

 

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