En la existencia del Estado salvadoreño se promulgaron varias Constituciones pero por la ambición de los presidentes por permanecer en el poder, quienes al llegar al final de su periodo presidencial empiezan a maniobrar las leyes, como en la actualidad lo hace Bukele con el control de los tres órganos del Estado recuerda el historiador Gregorio López Bernal.
En ese contexto analizó los períodos oscuros de Alfonso Quiñonez Molina en la década de los 20 que utilizó todos los medios que tenía al alcance, incluyendo la recien inaugurada Radio Nacional de El Salvador que convirtió en vehículo de propaganda y tal como ahora son utilizados los medios del Estado.
Otro período similar fue el del martinato que inicia con un golpe de Estado en diciembre de 1931, y luego las dictaduras militares que le precedieron hasta llegar a la década de los 70s.
La Constitución es como un horizonte, y el reflejo de un determinado momento de un escenario político, además, señaló que a pesar de que una Constitución tenga 20 años no quiere decir que no sea funcional. “Una Constitución no contiene el marco legal de un país, tiene los principios básicos”, expresó en una entrevista en el canal TVX.
Criticó las declaraciones del vicepresidente de la República, Félix Ulloa sobre la reelección, “el caso del señor Ulloa es patético e impresentable, durante mucho tiempo defendió posiciones de corrección política y luego que trasciende al poder trastoca sus pensamientos, está jugando sucio”.
Los diputados de Nuevas ideas del Presidente Bukele desde el incio distorsionaron el debido proceso, al destituir magistrados y al fiscal general, situación desde la que empezaron a violar los preceptos constitucionales.