Mucho más allá del fútbol: el gran desafío de Marruecos ante Francia

«Les he dicho a mis jugadores que hemos venido a cambiar la mentalidad de nuestro continente, que no nos podemos conformar. Tenemos confianza, nos han dado por eliminados muchas veces y aquí seguimos. Vamos a luchar por seguir adelante, por los países africanos y por el mundo árabe». Walid Regragui, el seleccionador de Marruecos, nació hace 47 años en Corbeil-Essonnes, una ciudad adherida al núcleo urbano de París. Como él, Soufian Boufal y el capitán Romain Saïss, también nacieron en Francia.

Este miércoles (20.00 horas), todos ellos juegan contra su país natal en un duelo que trasciende al fútbol. Es histórico en sí mismo, más allá de que el rival sea Francia, puesto que da la posibilidad a Marruecos de ser la primera selección africana en alcanzar la final de un Mundial, tras ser pionera en clasificarse para semifinales. Pero las connotaciones del enfrentamiento le confieren un cariz sociopolítico muy relevante, en un torneo marcado por innumerables connotaciones que trascienden al deporte.

Protectorado francés .No se puede obviar que Marruecos fue protectorado francés hasta anteayer, hasta 1956, ni que en Francia viven alrededor de millón y medio de marroquíes, con ciudades como Aviñón y Montpellier las que suponen casi el 20% de la población total. Solo Argelia tiene una comunidad de inmigrantes mayor en suelo francés.

Una circunstancia que pone en alerta al país, que desplegará un gran despliegue policial en previsión de que puedan producirse graves altercados. El sábado, tras la victoria de Marruecos frente a Portugal, ya se produjeron disturbios que motivaron, solo en París, la detención de más de 70 personas. Que el rival sea precisamente Francia solo puede empeorar la situación den término de seguridad.

Vuelos desde Rabat

«Es un partido de fútbol, nada más», trató de relativizar Didier Deschamps en la previa, consciente también de que Francia jugará a domicilio en el Al Bayt, abrumadora como será la mayoría de aficionados marroquíes en el estadio situado en la ciudad de Jor. Lo vienen siendo en cada partido de Marruecos en todo el Mundial y la cifra no para de crecer, con vuelos fletados desde Rabat repletos de aficionados para ver a su selección haciendo historia en primera persona.

De todo ellos trata de aislarse una Francia que también tiene una cita con la historia. Nadie revalida título desde la Brasil de Pelé, ganadora de las ediciones de 1958 y 1962, y la selección de Deschamps está a dos victorias de conseguirlo. Italia, en 1934 y 1938, es el otro precedente que arroja la historia. De hecho, lo habitual en los últimos años era que la vigente campeona fracasara con estruendo en su defensa del título.

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