ONU advierte invierno caótico en el mundo

NUEVA YORK.

Guerra en Ucrania, catástro­fes climáticas, insegu­ridad alimentaria. El secretario general de la ONU, António Gu­terres, alertó a los di­rigentes del planeta de la “tormenta perfecta” que se cierne sobre el planeta y que provocará un “invierno de protestas”, en la apertura de una Asamblea General pro­fundamente dividida.

En su largo discurso lleno de pesimismo sobre el futu­ro del planeta, Guterres re­conoció su impotencia ante las “divisiones políticas que socavan el trabajo del Con­sejo de Seguridad, el derecho internacional, la confianza y la fe de la gente en las insti­tuciones democráticas”. “No podemos seguir así”, alertó.

A los estragos de la pan­demia, se suma ahora la in­vasión rusa a Ucrania que ha agravado la escalada de los precios de los alimentos y de la energía provocando la inseguridad alimentaria de millones de personas en el mundo.

“CONTRATO NORTE-SUR”

Esto se hace más urgen­te, si cabe, después de que la guerra en Ucrania iniciada por el presidente ruso, Vladi­mir Putin. “Todos tenemos un papel que jugar para ponerle fin, ya que todos pagamos el precio”, aseveró.

SUMAN VOCES

-En la tribuna de la ONU, la mayoría de los países en desarrollo, entre ellos los latinoamericanos, pidieron una salida negociada a la guerra en Ucrania, que ha agravado los estragos de dos años de pandemia.

-Criticaron las sanciones impuestas por la comuni­dad internacional a Rusia.

“QUE PAGUEN MÁS LOS QUE CONTAMINAN”

El jefe de la ONU, António Gu­terres, instó a los países ricos a gravar las ganan­cias inesperadas de las empresas de combus­tibles fósiles y a utilizar ese dinero para ayudar a los países perjudicados por la crisis climática y a las personas que luchan contra el aumento de los precios de los alimentos y la energía.

Los servicios de inteligencia de Vene­zuela cometen crímenes de lesa humanidad bajo las órdenes de las altas esferas del gobierno para reprimir a la oposición, afirmó ayer la ONU.

Las conclusiones del informe muestran el papel del Servicio Bolivariano de Inteligencia y la Direc­ción de Contrainteligencia Militar (DGCIM) para llevar a cabo estos atropellos.

La misión documentó 122 casos de víctimas que fueron “sometidas a tor­tura, violencia sexual y/u otros tratos crueles, in­humanos o degradantes” perpetrados por agentes de la DGCIM desde 2014 hasta la actualidad.

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