Autocensura y miedo en gran prensa salvadoreña a publicación de escándalo de ruptura de pacto entre gobierno y pandillas

La historia de investigación del periódico virtual El Faro relacionado a la ruptura del pacto entre el gobierno de Bukele y las pandillas, y en el que   publican siete grabaciones en las que se escucha el  director de Reconstrucción del Tejido Social, Carlos Marroquín movió las entrañas del poder Cyan, pero a su vez la gran prensa escrita , televisiva y radiofónica del país guardo silencio por temor a represalias contra los periodistas y los mismos medios de comunicación bajo un régimen de excepción.

Lo único que se observó hasta el momento es un par de tuits del periódico la Prensa Gráfica por lo demás fue un silencio absoluto, algo muy criticado en redes sociales, precisamente por el compromiso de los medios con las audiencia a tenerlas informadas con un tema tan sensible que toca directamente las fibras del poder.

El relator de la libertad de expresión de la Asociación de periodistas de El Salvador APES, Serafín Valencia dijo a Radio Litoral de la Red Informativa que es preocupante como se manejan las líneas editoriales en este momento en medio de este régimen de excepción.

“Hay una crisis humanitaria adentro y afuera de los penales, donde existen violaciones de los derechos de la infancia y todo esto debería estar siendo comunicado por los medios de comunicación; Sin embargo todas esas escenas no las estamos viendo en las noticias”, señala Valencia.

Pero esta práctica de autocensura en los medios en momentos tan difíciles como este históricamente ha sido habitual en la gran prensa salvadoreña, puesto que los gobiernos de los últimos años siempre trataron de presionar y utilizaron la pauta publicitaria como un mecanismo de chantaje para obligar a las grandes empresas periodísticas a que se plieguen a sus discurso.

“Existe temor en los medios y los periodistas porque este gobierno lleva la narrativa del miedo, la reforma al artículo 45c del código penal relacionado a quien publique información relacionado con estos grupos de pandillas será considerado como un colaborador u aliado de los criminales, ese elemento infunde temor en los periodistas “, indica Valencia.

La subtrama del artículo en el @_elfaro_también es importante. El pleito entre Carlos Marroquín y Gustavo Villatoro es más que una trifulca de corte; es otro indicio de las fisuras internas, de un choque entre mafias, opinaron otro tuiteros en redes.

Por ahora solo Porfirio Chica y Cristian Guevara, dos propagandistas que se hicieron bajo la sombra de Antonio Saca, han reaccionado a las revelaciones de @_elfaro_desde el oficialismo. Su respuesta, previsible, intentar echar humo. El resto, silencio.

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