“Todo está muy pero muy lento de nuevo en este año, con esto del virus subiendo la ciudad no es la misma”, comenta el ecuatoriano Guillermo Caisaguano, quien trabaja en la industria de los restaurantes en la Gran Manzana, desde hace 10 años.
Pero lo que parece una impresión personal, de quien hojea un periódico en una plaza de Manhattan, en realidad es la descripción muy precisa de cómo la variante ómicron del COVID-19 se convierte en una “piedra de tranca” que pone a muy baja revolución el funcionamiento de la maquinaria de servicios vitales para la Gran Manzana.
Que restaurantes y algunos comercios enfrenten problemas para operar, por las ausencias laborales, podría ser secundario, pero lo que sí enciende luces de alarmas son algunas tendencias divulgadas este martes que muestran que las fuerzas de seguridad y de emergencia de la ciudad de Nueva York, empiezan a mostrar una baja sostenida de personal.
Algunas cifras compartidas por varios medios locales dan cuenta que el 14% de los oficiales del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD), “o casi 5,000 de los 35,000 oficiales no trabajó por enfermedad el lunes”.
La estimación extraoficial es que casi 2,000 policías habían dado positivo al COVID-19, mientras que los otros 3,000 experimentaban síntomas similares a los de la gripe.
El periódico ‘The New York Post‘ asegura que en el Departamento de Bomberos de la Ciudad de Nueva York (FDNY), el 30% de sus 4,200 empleados de técnicos de emergencia (EMS) y el 18% de sus 11,000 bomberos estaban enfermos.
En un comunicado el FDNY hizo una aclaratoria a los neoyorquinos sobre cómo utilizar sus servicios en estos tiempos de pandemia.
“Las ambulancias no brindan pruebas de COVID-19 y los pacientes no son transportados a un hospital para ser evaluados si así lo solicitan. Las decisiones de transporte se toman en función a las necesidades médicas. Solo llame al 911 durante una emergencia real. Para casos que no sean de emergencia, llame al 311″, indicaron.