Ahora construir en El Salvador es mucho más caro e inalcanzable para las familias, aún los compatriotas que viven en los Estados Unidos y que mandan remesas resienten esta subida de precios en los materiales de construcción.
La acumulación de contenedores en los distintos puertos del mundo y la falta de camioneros que transporten toda esa mercancía ya impacta a países como El Salvador, donde sectores como la construcción reportan un aumento en el precio de la mayoría de los productos.
Incluso advierten que, de no remediarse pronto, algunas compañías podrían incumplir los plazos de entrega, abandonar proyectos o cerrar en el peor de los casos.
Si en Estados Unidos uno de los países más ricos es difícil imaginar que en exista escasez de ciertos productos, ya no digamos en El Salvador que se encuentra sumergido en una crisis crónica ahora intensificada por las malas políticas del actual gobierno advierte un analista.
En muchos casos los consumidores deben esperar mesesantes de conseguir el producto que están buscando. Es que el atasco en la salida de contenedores desde los principales puertos del mundo está provocando interrupciones intermitentes en las cadenas de suministro.
La irrupción del COVID-19 se produjo en un contexto de debilitamiento del comercio mundial que se arrastra desde la crisis financiera de 2008-2009. Mientras que entre 1990 y 2007 el volumen del comercio de bienes se expandió a una tasa media del 6,2% anual, entre 2012 y 2019 lo hizo apenas a una del 2,3% anual (véase el gráfico 1). Asimismo, la participación de las exportaciones de bienes y servicios en el PIB mundial, que alcanzó su máximo histórico del 31% en 2008, desde 2015 se ha ubicado en torno al 28%.
La rápida propagación del COVID-19 y las medidas adoptadas por los gobiernos han tenido graves consecuencias en las principales economías mundiales. Se ha interrumpido gran parte de las actividades productivas, primero en Asia y posteriormente en Europa, América del Norte y el resto del mundo, y ha habido cierres generalizados de fronteras.
Esto ha dado lugar a un marcado aumento del desempleo, especialmente en los Estados Unidos, con la consecuente reducción de la demanda de bienes y servicios. En este contexto, en 2020 el producto mundial registraría su mayor contracción desde la Segunda Guerra Mundial.
La caída en los primeros cinco meses del año fue generalizada, si bien afectó especialmente a las exportaciones de los Estados Unidos, el Japón y la Unión Europea . China experimentó una contracción menor que el promedio mundial, ya que controló el brote y reabrió su economía relativamente rápido. América Latina y el Caribe es la región en desarrollo más afectada.