La decisión de Estados Unidos de permitir que ingresen al país solo los extranjeros completamente vacunados con fármacos que ya están autorizados por la Organización Mundial de la Salud dejaría por fuera, al menos por el momento, a millones de latinoamericanos que recibieron una de las vacunas que aún no cuenta con el aval de la organización internacional pero que se abrió paso en cerca de 70 países en el mundo: la Sputnik V.
Rusia fue el primer país en registrar una vacuna contra el covid-19. El 11 de agosto de 2020 el Ministerio de Salud autorizó la Sputnik V, cuando aún no se habían publicado los resultados de los ensayos de fase I y II, y los de fase III —donde participan miles de personas y se compara la vacuna con la aplicación de un placebo para ver si realmente protege y para seguir estudiante los efectos secundarios— no habían comenzado.
El anuncio de la Sputnik V fue recibido en primera instancia con escepticismo por parte de la comunidad científica internacional, pero múltiples países anunciaron que apostarían a la vacuna rusa, entre ellos Argentina.
La vacuna recibió un espaldarazo en febrero de este año, cuando un análisis provisional de los ensayos de fase III publicado en la prestigiosa revista The Lancet mostró que tenía un 91,6% de efectividad para prevenir el covid-19 sintomático y 100% de efectividad para prevenir enfermedades graves.
¿En qué países de América Latina se aplica la Sputnik V?
La vacuna de Rusia, así como las fabricadas por China, se han abierto camino en América Latina, y hoy la Sputnik V se aplica en Argentina, Bolivia, Honduras, Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay y Venezuela. La diferencia con las vacunas chinas de Sinopharm y Sinovac-CoronaVac que es estas sí cuentan con la autorización de la OMS para uso de emergencia.
La OMS aún no autoriza la vacuna Sputnik V, ¿por qué? 2:41
En Argentina, por ejemplo, se habían aplicado al 25 de septiembre unos 50 millones de dosis de vacunas contra el covid-19, según información de la Organización Panamericana de la Salud, y un 30% de ese total corresponde a dosis de Sputnik V. La vacuna fue defendida por el presidente Alberto Fernández desde el primer momento. «Nosotros no le preguntamos a nadie qué ideología tiene la vacuna, lo que le preguntamos es si salva la vida de argentinos», argumentó en su momento Fernández, el primer mandatario en aplicársela.
La decisión de varios países de comenzar a adquirir la vacuna Sputnik V se dio además en una etapa en la que Estados Unidos había definido priorizar a los estadounidenses y no compartir las vacunas producidas allí.